Excelentísimo Señor Don Franco Coppola Nuncio Apostólico de Su Santidad en México |
Mexicali, B. C., 12 de Enero de 2017
Año Jubilar del Centenario de las
Apariciones de María Santísima en Fátima
Eminentísimo y Reverendísimo
Señor
Don Franco Coppola
Nuncio Apostólico de Su Santidad en México
P R E S E N T
E . –
Reverendísimo Padre,
Por la presente carta reciba un
cordial saludo, pidiendo a Nuestro Señor Jesucristo, Buen Pastor, por
Intercesión del Inmaculado Corazón de María, le bendiga en su Ministerio Episcopal,
que le ha sido confiado para salvaguardar la Verdadera Fe de la Iglesia, la
Tradición Magisterial que desde siempre hemos profesado como Hijos de la Santa
Madre Iglesia Católica, Apostólica y Romana. Y su labor de Guiar en Nombre de
Nuestro Santísimo Padre, el Papa, a esta Iglesia Mexicana.
Estamos viviendo en Nuestra Iglesia, momentos decisivos para Nuestra
Fe Católica, y momentos de una gran confusión. De la misma manera en el ámbito
social de nuestra Patria. Recientemente, hace algunos días, nos tomamos el
atrevimiento de enviar a Nuestros Eminentísimos Padres Cardenales en México,
una carta, pidiendo humildemente sean aclarados, no solamente para nosotros,
sino para todos los fieles, la postura de la Iglesia sobre la mal llamada
“reforma” luterana, tan contraria a la Unidad y al Magisterio de la Iglesia.
Carta de la cual, tristemente no hemos tenido respuesta alguna, y por la cual
nos atrevemos a escribirle a Vuestra Excelencia.
No se trata en manera alguna caer en rebeldía a la Cátedra de San
Pedro, pero a simple vista, como afirma acertadamente un Hermano Luterano
converso a Nuestra Fe, es una verdadera traición a Cristo, Señor Nuestro, el
llamar a Lutero como “Testigo del Evangelio”, cuando verdaderos testigos son
los santos y los mártires que han derramado su sangre sobre los altares, en
manos del protestantismo en cualquiera de sus variantes.
Claro que sí, nuestra Santa Madre Iglesia ha de buscar la unidad y el
retorno de sus hijos, mas no a costa de vender el Depósito de la Fe que durante
más de 2000 Años nos han dejado los Grandes Papas y Santos a su paso, desde los
Apóstoles. Más es de saber reconocer, que quienes se han alejado son ellos y de
reconocer que tienen que caminar hacia la auténtica conversión y reconociendo
las Verdades de la Fe que Lutero traiciono. Aun cuando la Iglesia en su momento
Histórico, haya tristemente fallado, y necesitaba enmienda, sí, más desde
adentro de ella misma, no en la división y la rebeldía. Sino a ejemplo de los
Grandes Santos Reformadores como han sido San Francisco de Asís, San Ignacio de
Loyola, San Carlos Borromeo, Santa Teresa de Jesús, por mencionar a algunos.
El Trabajo del Sagrado Concilio de Trento que fue un verdadero acto
heroico del Glorioso San Pio V, para buscar devolver la unidad al Cristianismo
y contrarrestar las Herejías Luteranas. No se pretende ser más adoctrinados que
ustedes, Padres de la Iglesia, pero también los fieles se dan cuenta que es una
gran confusión lo que se está enseñando.
Suplicamos a Su Excelencia humildemente, se digne dar respuesta a esta
carta y a la carta que le adjunto, copia de la que se envió a Sus Eminencias.
Sin más que agregar, nos despedimos de usted, besando el anillo pastoral de
Vuestra Excelencia y pidiendo se Bendición Apostólica.
En fidelidad y caridad.
Mauricio Parra Solís
Mexicali, B. C.
Jaime Mauricio Zavala García
Salamanca, Gto.
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