martes, 1 de mayo de 2018

Respuesta de Su Eminencia Reverendísima Don Raymond Leo, CARDENAL Burke a carta de Fieles Laicos

          Hace poco más de un año, un Grupo de Laicos Comprometidos, un Seminarista y un Sacerdote, quisimos expresar nuestro Apoyo a Su Eminencia Ilustrísima el Cardenal Raymond Leo Burke, haciéndole llegar por medio de la Soberana Orden de Malta una Carta, a la vez que quisimos pedir su consejo sobre la Situación tan atenuante por la que tristemente atraviesa la Iglesia. Para Gloria de Dios, del Inmaculado Corazón de María, y exaltación de Nuestra Santa Madre Iglesia, hemos tenido a bien recibir una carta escrita y Firmada de Puño y Letra de Su Eminencia, que desde esta redacción queremos compartir con ustedes, sabiendo que los consejos de Su Eminencia serán de ayuda, no solo para quienes hemos recibido respuesta, sino para todos aquellos que estan preocupados por la situación actual de la Iglesia. 

         Así mismo, aquí les dejamos el enlace del Texto íntegro de la Carta que le hemos enviado, fechada del 2 de Febrero del 2017. (http://defensaytradicion.blogspot.mx/2018/05/carta-su-eminencia-reverendisima-d.html)

          Oramos por Su Eminencia tan duramente atacado e incomprendido por Defender la Verdad de la Fe Católica y Apostólica, para que el Espíritu Santo le siga bendiciendo y fortaleciendo en su Fidelidad a Cristo y al Verdadero y Autentico Magisterio de la Iglesia.


Roma, 20 de Febrero de 2018

Muy estimados Señores Mauricio Parra Solís, Jaime Mauricio Zavala García, Joaquín Ruiz Sarracino, Biol. Israel de Jesús Crisanto Mendoza, Reverendo Moisés Olmos Ponce, Sem. Guillermo de Jesús Dávalos y Señora María de los Ángeles Mendoza:


Quiero agradecerles su amable carta con fecha 2 de febrero de 2017. Les pido disculpas por la tardanza en responder.

Les agradezco principalmente sus oraciones por mis intenciones y el apoyo filial que me expresan. Sepan que rezaré por todos y cada uno de Ustedes, así como también, por sus Diócesis y la amadísima tierra mexicana.

Como consejo puedo decirles que lo más importante es mantener una profunda e intensa vida de oración y de santificación del trabajo cotidiano que cada uno de ustedes realizan. Asimismo, es imprescindible que frecuenten asiduamente  el Sacramento de la Confesión y que reciban a Nuestro Señor Jesucristo semanalmente o, de ser posible, diariamente, en la Sagrada Comunión. También es muy importante ofrecer los propios sacrificios, tareas y sufrimientos a Nuestro Señor para que reine en su Iglesia la unidad, la verdad y la caridad.

Además, es necesario formarse muy bien en el Magisterio Autentico de la Iglesia. Para ello se debe acudir a bibliografía de autores prestigiosos muy fieles a la Iglesia, al Magisterio, a la Tradición. Esta formación hay que transmitirla a sus amigos y a las personas que de ustedes dependan, según los diferentes casos y situaciones. El Apostolado de la Formación Doctrinal en la Autentica Fe de la Iglesia Católica es una gran tarea que Ustedes, en sus ambientes, pueden llevar a cabo con gran naturalidad, simpatía, caridad y verdad.

Por mi parte, los Bendigo a Ustedes y a sus familiares. Les aseguro mis oraciones ofreciendo a Nuestro Señor Jesucristo sus intenciones por la intercesión de Nuestra Señora de Guadalupe, San José, San Juan Diego y San Miguel Arcángel.

Encomendándome a sus oraciones, permanezco suyo en el Sagrado Corazón de Jesús, en el Inmaculado Corazón de María y en el Purísimo Corazón de San José.


+ Raymond Leo Card. BURKE





Carta a Su Eminencia Reverendisima D. Raymond Leo Burke escrita por algunos Fieles Laicos (2017)


Mexicali, B.C., 02 de Febrero de 2017.
Fiesta de la Purificación de Ntra. Señora.
Año Jubilar del Centenario de las Apariciones de Fátima.


Eminentísimo y Reverendísimo Señor Cardenal
Dr. D. Raymond Leo Burke
Diaconía de Sant´Agata de´Goti
Cardenal Patrono de la Soberana Orden de Malta

                       
                        Eminentísimo Padre en Nuestro Señor:

            Por las presentes letras reciba un respetuoso saludo, suplicando a Nuestro Señor Jesucristo Buen Pastor, y al Inmaculado Corazón de María, le bendigan y le guarden en su Ministerio Cardenalicio para exaltación de la Fe Santa y mejoría de Nuestra Santa Madre Iglesia.

            Le escribimos las presentes letras, un grupo de fieles laicos de diferentes Diócesis de México, preocupados ante todo por la situación por la qué triste y confusamente atraviesa la Fe Sana, Verdadera y Católica ante las desviaciones de Nuestros Reverendísimos Pastores, los Obispos, y nuestros Sacerdotes diseminados en todo el orbe. Confusión qué abre cada vez más paso en los corazones y en las conciencias de los hombres ya tan alejados de Dios, y que con Normas Pastorales contrarias al Magisterio y a la misma Palabra de Dios, no hacen sino más fácil y evidente la obra de la condenación sobre la Obra de la Salvación que Jesucristo, el Señor, le ha encomendado a su Esposa la Iglesia.

            Iniciada con la Carta Postsinodal sobre la Familia “Amoris Laetitiae” y las recientes páginas de conmemoración de la triste separación de la Iglesia ocasionada por el monje hereje Martín Lutero, y que tristemente la Santa Sede Apostólica, ha llamado mediante documento con ocasión de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, le ha puesto junto a otros más reprobables herejes, como “testigo del evangelio”. Cuánto no ha sido sino el golpe más doloroso dado en  los últimos días del Pontificado de nuestro Santo Padre el Papa Francisco. La situación de Nuestra Iglesia, manifestada más hondamente en las decisiones de los Obispos de Malta, de Filipinas que han dado Decretos para dar abiertamente la Sagrada Comunión a quienes viven en pecado grave de adulterio, bien sabido que de esta manera no es un acto de caridad sino de profanación y sacrilegio, arrojando el Santísimo Sacramento como si comida a los perros se tratara.

            Vuestra Eminencia mejor que nosotros sabe la dolorosa situación actual por la que atraviesa la Fe de la Iglesia y la necesidad de que Su Santidad responda las acertadas Dubias que usted como los demás Eminentísimos Cardenales han tenido a bien expresar y no demorar más la corrección pública y fraterna a nuestro Santísimo Padre. Pues la salvación de tantas almas está en riesgo capital, tergiversando la Caridad y Misericordias de una manera que poco o nada tienen de Espíritu Evangélico.  



Por otra parte, el motivo de estas letras, es para suplicar a Su Eminencia Reverendísima, su paternal consejo ante esta situación, permaneciendo fieles al Magisterio Eclesial que siempre se ha enseñado. Uno como laico, en la medida de sus facultades enseña y habla lo que la Iglesia enseña fielmente en su poca o mucha capacidad y estudio, como usted en entrevista ha enseñado magistralmente, temer más al Juicio de Dios que a perder tal o cual cargo en la jerarquía. Como debe ser nuestra postura como Fieles Hijos de la Iglesia ante esta decadencia de Fe y Moral, donde los Pastores no se han vuelto sino encubridores de todo lo que la Iglesia ha enseñado que nos aleja del Señor. Donde hasta los Consagrados y Consagradas se han atrevido a contradecir los Dogmas abierta y heréticamente sin recibir de sus Superiores y Obispos las justas penas por causa del daño que hacen a los fieles. Y sin embargo, permanecen triste e indignamente callados.

            Cierto es que ya estamos en abierto Cisma en la Iglesia aunque de manera formal no se ha declarado con todos los atropellos que la Jerarquía Eclesiástica viene enseñando al Magisterio Doctrinal y a la Sacralidad de los Sacramentos, y el demonio mismo que ha vendado los ojos de muchos haciendo creer que no pasa nada, que la Iglesia está bien y que es necesario una nueva mal llamada primavera eclesial y una herética “revolución de la ternura” como lo ha expresado tantas veces el Papa Francisco.

            ¿Qué consejo nos da Su Eminencia ante este clima tan delicado? ¿Cómo debemos proceder? Pues aun cuando se habla con reverencia, no somos sino tachados de divisorios, rebeldes y contumaces que quieren hacer un mal a la Iglesia en lugar de crear unidad. Mas sin embargo, ¿Cómo es que se puede crear una verdadera unidad siguiendo el juego de enseñar errores importantísimos? Suplicamos a Su Eminencia una palabra acertada como siempre la tiene, pues este mismo grupo que ahora le escribe, hemos tenido a bien escribir a Nuestros Padres Cardenales de la Iglesia Mexicana y al Excelentísimo Señor Nuncio Apostólico de Su Santidad en México y triste es que a la fecha ninguna respuesta se ha dado. Es por eso que acudimos a su Paternal asistencia.

            Sin más que agregar, nos despedimos, besando la Sagrada Púrpura de Vuestra Eminencia, suplicando imparta sobre nosotros su Paternal Bendición, y reiterando nuestras más sinceras oraciones por usted, su salud y Ministerio.

            En Fidelidad a la Santa Madre Iglesia.



Sr. Mauricio Parra Solís
Diócesis de Mexicali



Sr. Jaime Mauricio Zavala García
Diócesis de Irapuato

Rvmo. Pbro. D. Moisés Olmos Ponce
Diócesis de Ensenada

Rvmo. Sem. Guillermo de Jesús Dávalos
Arquidiócesis de Guadalajara

Sr. Joaquín Ruiz Sarracino
Diócesis de Tabasco

Biol. Israel de Jesús Crisanto Mendoza
Diócesis de Irapuato

Sra. María de los Ángeles Mendoza M.
Diócesis de Irapuato 

martes, 13 de febrero de 2018

Mensaje con Motivo de la Santa Cuaresma 2018



La invitación a vivir la Cuaresma, debe ser una llamada de esperanza para fijar nuestra mirada en Cristo, en la Cruz; esperando con gozó el alborear de la Resurrección, y caminando, confiando en la promesa, de que habremos, por su Misericordia y Amor infinitos, de alcanzar la Jerusalén del Cielo, gloriosa y resplandeciente. Contemplar al Dios de la Misericordia, al Dios que nos salva, pero también, sin perder de vista, al Dios Justo que ha de venir al Final de la Historia, lleno de Gracia y Majestad para recompensar al género humano.

Dios, es infinitamente rico en Misericordia, y ella se manifiesta en que "al cumplirse la plenitud de los Tiempos, envió a su Único Hijo, nacido de una Mujer, nacido bajo la Ley, para rescatar a los que estábamos bajo la Ley, a fin de hacernos Hijos suyos" (Gal. 4, 4), para que el tesoro de su Gracia, Sabiduría y Prudencia, redundará en alabanza de su Santo Nombre. 

Así mismo, en la magnificencia de la Misericordia, la Justicia infinita de Dios, es inseparable, en cuanto a que Dios mismo, no mira con una piedad permisiva al Hombre. Le concede libertad, y según esa libertad, el Hombre debe ser juzgado. No podemos decir temerariamente, que Dios no viene como Justo Juez, puesto que la Misericordia también es justa, es gratuita, pero el Hombre debe consentirse merecedor de ella en cuanto a sus acciones. El Pecador abre el pecho enamorado del Padre en la medida que con humildad reconoce sus errores, y busca con rectitud de conciencia la enmienda de ellos, más sin embargo, Dios no puede mostrar Misericordia con aquella alma que no puede ver con humildad sus caídas y más aun, pertinazmente se obstina a vivir sumergido en ellas.

Cuántas almas se pierden por causa de la Misericordia, creyendo que viviendo esta vida en el pecado, no buscan su propia conversión, sino que creen con alevosía y ventaja, que a la hora de la muerte se salvarán pidiendo perdón, sin un sincero acto de contrición. ¡Ay de las almas que se ponen erguidas en esta vida, sin inclinar la cabeza con humildad, que se asemejan a su padre el Diablo, soberbio desde el comienzo, haciéndose, según sus antojos, dueños y señores de sus propias vidas, sin reconocer que el Padre de la Verdadera Misericordia los llama para sí mismos, en un acto de Humildad Heroica, abandonándose en sus brazos, dejándose modelar, siendo hechos desde el principio a su imagen y semejanza, conteniendo en vasos frágiles, una dignidad mayor que la de los propios ángeles en el cielo.

No nos puede ser posible como Iglesia de Cristo, predicar un Evangelio alejado de la exigencia de la Conversión, puesto que Cristo, no solo vino a sanar a los Enfermos, a Liberar a los poseídos por el Diablo, vino a reconciliar al mundo con el Padre, a dar el Perdón de los Pecados, con la consigna: “¡Vete y no vuelvas a pecar!” (Jn. 8, 11). Pretender la predicación de la Salvación sin el compromiso de enmendar la propia vida, es predicar un Falso Evangelio, que aun cuando la Salvación de las almas es el anhelo más vehemente de Dios, el hombre debe ganarla en la actitud de la propia vida a la Luz de la Gracia de Dios.

La invitación de la Cuaresma, es examinar la vida a la Luz del Evangelio, preparando el alma para el encuentro definitivo de la Eternidad, cada momento es crucial, y un instante puede separar a las almas de la Eternidad Gozosa y sumergirla en un abismo de tristeza, de fuego interno que consume sin extinguirse. Pues aun cuando la Misericordia es Inagotable, también es exigente y celosa, y ningún alma puede levantarse altanera para decir que Dios siendo Amor infinito no condena, diciendo que nadie puede condenarse para siempre, pues es contribuir con la falsedad de una Doctrina Antievangélica, pues también el Señor viene a separar a las Ovejas de los Cabritos, a los Benditos y a los Malditos, no porque el mismo quiera separarlos de sí mismo, sino porque el hombre mismo responde libremente para ser de uno u otro rebaño.

Examinemos nuestros corazones y pidamos al Espíritu Santo la Gracia de contemplarnos como el Padre mismo nos contempla, y sintamos el mismo dolor que le causamos con cada pecado, para que nuestra resolución no solo de Cuaresma, sino de vida, sea constante y firme. Pues como enseña San Pablo, “Nuestra batalla no es contra carne y sangre, sino contra principados, contra potestades, contra los poderes de este mundo de tinieblas, contra las huestes espirituales de maldad en las regiones celestiales” (Ef. 6, 12).


Mauricio Parra Solís


Mexicali, B.C, 14 de Febrero de 2018


martes, 30 de enero de 2018

Carta al Cardenal Robles Ortega



Mexicali, B.C., 16 de Diciembre de 2017
Asunto: Obra Sincretismo y Declaraciones


Eminentísimo y Reverendísimo Señor
Don Francisco, Cardenal Robles Ortega
Arzobispo Metropolitano de Guadalajara
Presidente la Conferencia del Episcopado Mexicano
P R E S E N T E. –


            Me permito saludarlo Sr. Robles Ortega, pidiendo que verdaderamente lo ilumine el Espíritu Santo.

            Sinceramente le escribo estas líneas como Hijo de la Iglesia de Cristo, por la Gracia de Dios y por el Bautismo, Católico. Me llamo Mauricio Parra Solís, soy un Laico Comprometido de la Diócesis de Mexicali. Le escribo estas líneas profundamente triste y decepcionado ante su actuar y declaraciones como Prelado de la Santa Iglesia. Sentimiento, que no soy el único que lo siente ni lo participa.

            Recientemente ha dado unas tristes y pésimas viniendo de un Obispo, más aun, un Cardenal, cuya Misión es DEFENDER la Integridad de la Fe. Ha dicho usted:

            “Ya no se anduviera moviendo a la gente contra la obra (por cierto blasfema) “Sincretismo”… Qué México ya no es todo Católico y que (según usted) hay muchos medios de Salvación, no solo por la Iglesia Católica… Qué “Sincretismo” es una “obra” de arte y tienen que respetar”

            ¡Qué tristeza Señor Robles Ortega! Que siendo usted “Pastor” de la Iglesia Católica, tenga este pensamiento que no es sino de un dignísimo hijo del Hereje de Lutero, tan ensalzado hoy tristemente por Roma. Ha dicho que “México ya no es todo Católico”… ¿y cómo? Con Pastores con esta mentalidad doctrinal tan mediocre. Cómo con el pésimo testimonio de Vida Consagrada que muestran aunque pocos, los Sacerdotes y Religiosos, los incontables abusos en la Liturgia, y demás aberraciones. Ha dicho tristemente que “hay muchos medios de salvación”… ¿Es que acaso Cristo Fundó la Iglesia nada más como un pasatiempo para entretener a las gentes y dar un quehacer a los holgazanes de los Apóstoles? ¡FUERA DE LA IGLESIA NO HAY SALVACIÓN!

            Qué panorama tan triste y deprimente se puede observar que los Obispos se preocupan del mundo y el demonio menos de ser Fieles a la Iglesia y a su Misión. Y no es mi pensar solamente, sino de multitudes de Católicos. Es una burla y una deshonra.

            Sincretismo, una “obra de arte” como usted defiende y hace alarde… No es sino una Blasfemia contra la Inmaculada Madre de Dios, que en su Advocación de Guadalupe ha querido llenar de la Gracia de Dios este suelo. Igualar al Demonio, la Serpiente y Satanás a la Madre de Dios, no solo es una indecible blasfemia, sino una herejía. Y que desgracia que los “Obispos” como su Eminencia le defiendan.

            Más valentía y dignidad Pontifical, ciertamente ha tenido Su Eminencia Ilustrísima Don Juan Sandoval Iñiguez al levantar la voz exigiendo sea respetada la Fe de la Iglesia, sea respetada la Madre de Dios. Y defendido y escuchado el clamor de tantos Hijos de la Iglesia que exigen lo mismo. Mientras que usted, les critica, nos critica por levantar la Voz en el Derecho que nos asiste, cuando usted, debe defender al Rebaño y Dar la Vida por él, lo entrega al lobo rapaz, no se ha hecho pastor, sino esquilador y lobo.

            Pido con insistencia al Espíritu Santo lo ilumine y le alcance el Don de la Conversión para tomar con dignidad el Cayado que empuña como Pastor y reconozca que su Misión es Defender a la Iglesia y no al Mundo. No le pediré que responda a esta carta, porque es un hecho que Su Eminencia no responderá, puesto que reconocemos que su silencio, como el de tantos, no es sino la afirmación de que no es de Cristo, sino del mundo. “No pueden servir a dos amos” dice Cristo en el Evangelio, y un Obispo, Padre mío, no puede servir al Mundo y pretender Glorificar a Dios.

            Pido me bendiga, en conciencia, de nada de lo que aquí me he atrevido a escribir tengo que arrepentirme, como enseña la Gran Santa Catalina de Siena: “Por callar está podrido el mundo”.


            Fidelidad a Cristo y a la Iglesia. Fidelidad a la Tradición de la Iglesia.


Mauricio Parra Solís