El
hombre y la mujer han sido creados para complementarse mutuamente y en su
unión, formar un solo ser, en alma y cuerpo. De ahí nace el concepto de vida
matrimonial. El hombre, por sí solo no es capaz de ser completo, sino mediante
un vínculo y una armonía con su entorno y encuentro con los demás.
En este
concepto, el matrimonio no es otra cosa sino darle una plenitud a dos seres que
han sido creados para sostenerse el uno del otro en el amor mas puro que lleva
a unirse para dar lugar no solo a satisfaser un instinto carnal, sino a dar
vida a un fruto de ese mismo amor, como lo son los hijos.
Después
de complementarse el uno del otro, lo mas importante de la vida conyúgal es dar
paso a la creación de los hijos cuyo fin esencial y por excelencia corresponde
al matrimonio, he ahí la razón por la cual unicamente es aceptada y santificada
la relación sexual dentro del Matrimonio natural entre un hombre y una mujer.
El
Matrimonio es la semilla que da paso a la Familia, pilar de la sociedad en la
maxima entrega y la total donación de los esposos, se "convierten en
cooperadores de Dios en el Don de la Vida dando paso a una nueva persona
humana" (Familiaris Consortio, Beatvs Ioannes Pavlus PP. II).
El hijo
dentro del Matrimonio lo consolida, y mas aún, el amor de los conyúges es
consolidado en la criatura que han formado en su amor, corresponde a los
padresmla formación sana de ellos en los valores mas importantes y elementales,
principalmente el amor hacia Dios, hacia ellos mismos y hacia los demás, a su
ser como persona y Obra de Dios y por ende hacia lo que la naturaleza humana en
la bondad original, posee por ser creación divina.
"La
Familia debe ser mas comunidad de vida y de amor" (Familiaris Consortio,
Beatvs Ioannes Pavlus PP. II). He ahí la razón por la cual debe ser tan
defendida en la sociedad y su seno mismo, pues si no es defendida dentro de
ella misma, podria decirse que es una mera organización mas del hombre. Y como
dice el Venerable Pio XII: ""El Matrimonio no fue instituido ni
restaurado por obra de los hombres, sino por Obra Divina... por lo tanto, sus
leyes no pueden estar sujetas al arbitrio de ningún hombre" (Carta Enc.
Casti Connubi, 4. Pius PP. XII).
Hoy en
día, en nuestra sociedad, oímos hablar sobre la defensa de los valores, la
familia y tantas otras cosas, pero por otro lado, asi como se defiende es
atacada brutalmente, fruto de ello, es la aceptación entre personas del mismo
sexo en el orden del matrimonio civil, cosa que por demás esta en contra de la
naturaleza del hombre, pues dos personas equivalentes en su sexualidad no
pueden, como se ha dicho, complementarse, y por ende, dar lugar a la formación
de la vida en los hijos.
La
sociedad vive un periodo de confusión, por un lado quién defiende los valores y
por otro lado, quienes defienden su llamada "libertad" de elegir,
pero no se da cuenta de que hace todo lo contrario a ser libre, porque se hace
esclavo de sí mismo.
Atenta
con el fin principal del hombre dado a él desde sus inicios: "Id y
multiplicarse" otorgado a Adán y a Eva, hombre y mujer, nunca fue una
consigna dada a dos hombres o a dos mujeres, pues cada fisonomia, por sí sola
siendo iguales, no da el complemento del desarrollo y creación de la vida en sí
misma, que por excelencia, la vida es creación divina, porque Dios es la Vida.
El ser
humano, en su creación divina, es meramente perfecto, en cuanto hecho a imagen
y semejanza de Dios, pero por su naturaleza de pecado, esa perfección se opaca,
pero no quiere decir, que no siga llamado a ella.
Para
Dios, el hombre en sí mismo es amado y aceptado, lo que no es aceptado es el
pecado, con las actitudes libertinas y que atentan contra su naturaleza misma.
Amar a
la Familia, significa saber estimar sus valores y posibilidades promoviendolas
siempre. Amar a las Familia significa individuar sus peligros y males que la amenzan para poder superarlas.
Amar a la Familia significa esforzarse por crear un ambiente que favorezca su
desarrollo. Finalmente una forma eminente de amar a la familia cristiana de
hoy, con frecuencia tentada por el desanimo y angustiada por las dificultades
crecientes, razones de confianza en sí misma, en las propias riquezas de
naturaleza y gracia en la Misión que Dios le ha confiado. (Familiaris
Consortio, Beatvs Ioannes Pavlus PP. II).
Mauricio Parra Solis
Agradecimiento al
por su Revision a este
escrito.
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