viernes, 21 de junio de 2013

San José María Robles Hurtado (II)

Aquí les traigo la segunda parte de la Biografía de San José María Robles, Apóstol del Corazón Eucarístico de Jesús. Para que no se queden a medias en su lectura.

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MOVIMIENTO CRISTERO

El diccionario de la Real Academia Española, desconoce la palabra "cristero". Es de origen netamente nuestro, formada del grito de victoria a CRISTO REY: ¡Viva Cristo Rey!, que anduvo en boca de todos los combatientes durante la epopeya de lucha por la libertad religiosa.

Cuando nuestra hermosa Patria era desgarrada por la incalificable ingratitud de sus mismos hijos, todas sus esperanzas, todas sus quejas, todos sus anhelos se condensaron en este grito:
¡VIVA CRISTO REY!

El 11 de enero de 1923 fue colocada la primera piedra del monumento a CRISTO REY en el cerro del Cubilete, Gto., hoy montaña de Cristo Rey, centro geográfico de la República Mexicana. En toda la nación los católicos mexicanos se unieron en espíritu a los millares de peregrinos que asistieron a la solemnidad.

Quiso el Padre José María Robles que su "Cubilete" fuera la loma oriente de Tecolotlán y que aquí sus feligreses hicieran la misma proclamación de Jesucristo como Rey de nuestra nación. Convocó a todos los señores Párrocos de la entonces 15ª. Vicaría Foránea.

Como parte de los preparativos para tan solemne ocasión mando fijar en las puertas y ventanas de los hogares los siguientes dísticos, impresos con letra grande:

Si como Rey mi Patria te proclama
Es, corazón dulcísimo, que te ama,
Corazón de Jesús, Tú solo impera
En mi Patria afligida; que en ti espera.
Enero 11 del año 23,
Jesús, dijo mi Patria ¡Mi Rey es!
¡Viva Jesús el Rey de los amores!
Sean para Él, de México las flores.
Corazón de Jesús, dulce esperanza,
En mi suelo tu imperio es venturanza.

Con diversos actos y misas se celebró en Tecolotlán tan memorable fecha. Uno de ellos fue la colocación de unas placas de mármol en la nueva Cruz de cantera erguida en la cima de "La Loma", cercana a Tecolotlán. La placa de la parte superior de la Cruz dice: "¡Viva Cristo Rey"; la de la inferior: "Enero 11 - 1923"; la del brazo derecho : "Tecolotlán del"; y la del izquierdo: "Corazón Divino".

El Padre José María Robles empleó todos los legítimos medios para obtener el triunfo de sus ideas pacíficamente. En su Hojita Semanaria "La Luz del Hogar" publicó una poesía de su inspiración llamada "Imposible", composición que motivó dieran contra él la orden de aprehensión, orden que por entonces no se llevó a efecto por el disimulo de las autoridades locales.
Agotados todos los recursos legales y pacíficos, algunos católicos recurrieron a las armas en legítima defensa contra la injusta tiranía. El movimiento armado brotó espontáneamente en muchas partes, y fue adquiriendo importancia desde fines de 1926.

El Episcopado Mexicano que había desaprobado el recurso de las armas, reconoció al fin la licitud de su empleo. Entonces el Padre José María Robles, en sus pláticas, escritos y sermones, nunca dejó de subrayar la licitud de la defensa armada, ante la ineficacia de los medios pacíficos. Puede decirse que fue un "simpatizador cristero".

Así lo demostró cuando en presencia de casi todo el pueblo, el 11 de enero de 1927, aniversario de la proclamación de CRISTO REY en el Cubilete, se celebra una Hora Santa en "La Loma", en donde se reúnen algunos pelotones de futuros cristeros. Ahí les entrega una bandera con la Virgen de Guadalupe, y les habla y los entusiasma a dar la vida por Cristo en defensa de la Fe.

Una fotografía de la escena, caída en manos imprudentes servirá después como pieza acusatoria contra el Padre José María Robles.


PERSECUCIÓN RELIGIOSA

Con motivo de la persecución religiosa tuvo que ocultarse desde enero de 1927, puesto que el Gobierno Federal le había declarado una persecución más severa desde que colocó la Cruz en "La Loma", considerando este hecho como un delito.

Desde la casa donde estaba escondido vigilaba, oraba y trabajaba  por sus feligreses, a los que nunca quiso abandonar. En ese tiempo se dedicó a escribir las normas que habrían de regir a la comunidad religiosa fundada por él.

El 17 de enero de 1927, el capellán de Tamazulita, Padre Jenaro Sánchez (ahora Santo Mártir) es ahorcado en "La Loma". El Padre José María Robles se conmovió hasta las lágrimas por la muerte de su fiel colaborador, y dijo: "enseguida me toca a mí".

El 26 de febrero de 1927, al conocer la orden dada por Gobernación para que fueran aprehendidos los sacerdotes, exclamó lleno de fe: "Estamos en las manos de Dios".
Y poco después, cuando le rogaron que huyera para evitar que lo mataran, contestó sonriendo "¡Ah, si el Corazón Eucarístico me llevara!".

MARTIRIO

El 25 de junio de 1927 se disponía a celebrar la santa Misa cuando llegaron los soldados y sitiaron la casa de la familia Agraz, luego entraron a catearla por orden expresa del Coronel Calderón, quien había recibido telegráficamente esta orden:

"Procédase con todo rigor en contra del cura rebelde".

Los soldados tomaron prisionero al Padre José María Robles y lo condujeron al cuartel de los agraristas donde pasó el resto del día y parte de la noche. Se iniciaron algunas diligencias ante los jefes militares para lograr su libertad pero fueron rechazadas hasta con groserías.

En la noche un grupo de jovencitas lograron acercarse a la prisión y recibieron, por conducto de los vigilantes, su breviario en donde venían unos versos en honor del Sagrado Corazón y de la Santísima Virgen.

Era una última manifestación de su gran amor al Corazón de Jesús y la aceptación gustosa del martirio:

Quiero amar tu corazón,
Jesús mío, con delirio,
quiero amarte con pasión,
quiero amarte hasta el martirio.

Con el alma te bendigo,
mi sagrado corazón.
Dime: ¿se llega el instante
de feliz y eterna unión?

Tiéndeme, Jesús, los brazos,
pues tu "pequeñito soy";
de ellos, al seguro amparo,
a donde lo ordenes, voy.

Al amparo de mi Madre
y de su cuenta corriendo
yo, su "pequeño" del alma,
vuelo a sus brazos sonriendo.
Un padre que espera a sus hijos todos allá en el Cielo.


A media noche, sujeto con cuerdas, fue sacado de la cárcel y obligado a caminar rumbo a la sierra de Quila. Un soldado al notar que se le dificultaba caminar, le cedió el caballo.

Al llegar a la parte más alta de la sierra, los soldados se detuvieron a los pies de un frondoso roble. El Padre José María comprendió que lo iban a ahorcar, perdonó a sus verdugos, y al acercarse uno de los agraristas, que era su compadre, llamado Enrique Vázquez, le dijo:

"Compadre, no te manches".

Y tomándole la soga de entre las manos se la colocó el mismo. Los soldados consumaron el crimen y lo bajaron poco tiempo después ordenando a unos arrieros que dieran aviso a la gente de la ranchería de Quila que allí estaba un ajusticiado; era la madrugada del 26 de junio de 1927.

Vinieron algunas personas de una carbonera cercana y sepultaron superficialmente el cadáver, sin reconocer que era el del Señor Cura de Tecolotlán. Al día siguiente, 27 de junio, fue exhumado por gente de Quila y llevado a la población donde lo velaron y le dieron sepultura.


SUS RELIQUIAS

Sus reliquias reposan bajo el altar de la Capilla en la Casa General de sus hijas religiosas, las "Hermanas del Corazón de Jesús Sacramentado", nuevo nombre de la congregación fundada por el Padre José María Robles.

CAMINO A LOS ALTARES

El proceso de Canonización se inició desde el 27 de junio de 1933. Analizadas las circunstancias particulares de estos testigos de Cristo, quedaron 25 seleccionados que merecieron recibir el título oficial de Mártires, el 4 de febrero de 1992, fecha en la que se aprobó por unanimidad el título por la Congregación de Cardenales de la Iglesia Católica de Roma.

Tres de ellos son seglares o laicos y  veintidós son sacerdotes, en una lista que encabeza el Padre Cristóbal Magallanes, la mayoría nacidos en el Estado de Jalisco.

"Con firmes y razonados argumentos se comprobó hasta la evidencia, que estos veinticinco mexicanos, cristianos, bautizados en la fe católica, tuvieron muerte física violenta que, por los golpes, heridas y tormentos, que por odio a la fe cristiana les propinaron los perseguidores, y los mártires pacientemente, con conocimiento y libre voluntad, soportaron por amor a Cristo, porque la gracia de Dios los sostuvo para que con heroica fortaleza dieran testimonio con su sangre de la verdad del Evangelio y fueran así modelos de cristianos y sacerdotes fieles para el mundo de hoy".  (Ramiro Valdés Sánchez, Pbro.)


BEATIFICACIÓN

El Siervo de Dios José María Robles Hurtado fue beatificado por S.S. Juan Pablo II en la fiesta de CRISTO REY, el 22 de noviembre de 1992, durante el año del Quinto Centenario del Descubrimiento y Evangelización de América, en una ceremonia celebrada en la Basílica de San Pedro en el Vaticano, junto con sus 24 compañeros Mártires.

CANONIZACIÓN

El 10 de marzo del Año Santo 2000, Jubileo de la Encarnación de Jesucristo, el Papa Juan Pablo II autorizó el decreto de la Canonización de los Veinticinco Mártires Mexicanos.

El Beato José María Robles Hurtado fue canonizado el quinto domingo de Pascua, día 21 de mayo del Año Jubilar 2000, fecha dedicada exclusivamente a México, por S. S.  Juan Pablo  II,  en ceremonia celebrada en la Plaza de la Basílica de San Pedro en el Vaticano, ante la presencia  de  más  de 40 mil mexicanos, entre los que se encontraba un grupo de 150 de sus Hijas Religiosas, y algunos familiares.

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