Aquí les traigo la segunda parte de la Biografía de San José María Robles, Apóstol del Corazón Eucarístico de Jesús. Para que no se queden a medias en su lectura.
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MOVIMIENTO CRISTERO
El diccionario de la Real
Academia Española, desconoce la palabra "cristero". Es de origen
netamente nuestro, formada del grito de victoria a CRISTO REY: ¡Viva Cristo
Rey!, que anduvo en boca de todos los combatientes durante la epopeya de lucha
por la libertad religiosa.
Cuando nuestra hermosa
Patria era desgarrada por la incalificable ingratitud de sus mismos hijos,
todas sus esperanzas, todas sus quejas, todos sus anhelos se condensaron en
este grito:
¡VIVA CRISTO REY!
El 11 de enero de 1923
fue colocada la primera piedra del monumento a CRISTO REY en el cerro del
Cubilete, Gto., hoy montaña de Cristo Rey, centro geográfico de la República
Mexicana. En toda la nación los católicos mexicanos se unieron en espíritu a
los millares de peregrinos que asistieron a la solemnidad.
Quiso el Padre José María
Robles que su "Cubilete" fuera la loma oriente de Tecolotlán y que
aquí sus feligreses hicieran la misma proclamación de Jesucristo como Rey de
nuestra nación. Convocó a todos los señores Párrocos de la entonces 15ª.
Vicaría Foránea.
Como parte de los
preparativos para tan solemne ocasión mando fijar en las puertas y ventanas de
los hogares los siguientes dísticos, impresos con letra grande:
Si
como Rey mi Patria te proclama
Es,
corazón dulcísimo, que te ama,
Corazón
de Jesús, Tú solo impera
En mi
Patria afligida; que en ti espera.
Enero
11 del año 23,
Jesús,
dijo mi Patria ¡Mi Rey es!
¡Viva
Jesús el Rey de los amores!
Sean
para Él, de México las flores.
Corazón
de Jesús, dulce esperanza,
En mi
suelo tu imperio es venturanza.
Con diversos actos y
misas se celebró en Tecolotlán tan memorable fecha. Uno de ellos fue la
colocación de unas placas de mármol en la nueva Cruz de cantera erguida en la
cima de "La Loma", cercana a Tecolotlán. La placa de la parte
superior de la Cruz dice: "¡Viva Cristo Rey"; la de la inferior:
"Enero 11 - 1923"; la del brazo derecho : "Tecolotlán del";
y la del izquierdo: "Corazón Divino".
El Padre José María
Robles empleó todos los legítimos medios para obtener el triunfo de sus ideas
pacíficamente. En su Hojita Semanaria "La Luz del Hogar" publicó una
poesía de su inspiración llamada "Imposible", composición que motivó
dieran contra él la orden de aprehensión, orden que por entonces no se llevó a
efecto por el disimulo de las autoridades locales.
Agotados todos los recursos
legales y pacíficos, algunos católicos recurrieron a las armas en legítima
defensa contra la injusta tiranía. El movimiento armado brotó espontáneamente
en muchas partes, y fue adquiriendo importancia desde fines de 1926.
El Episcopado Mexicano
que había desaprobado el recurso de las armas, reconoció al fin la licitud de
su empleo. Entonces el Padre José María Robles, en sus pláticas, escritos y
sermones, nunca dejó de subrayar la licitud de la defensa armada, ante la
ineficacia de los medios pacíficos. Puede decirse que fue un "simpatizador
cristero".
Así lo demostró cuando en
presencia de casi todo el pueblo, el 11 de enero de 1927, aniversario de la
proclamación de CRISTO REY en el Cubilete, se celebra una Hora Santa en
"La Loma", en donde se reúnen algunos pelotones de futuros cristeros.
Ahí les entrega una bandera con la Virgen de Guadalupe, y les habla y los
entusiasma a dar la vida por Cristo en defensa de la Fe.
Una fotografía de la
escena, caída en manos imprudentes servirá después como pieza acusatoria contra
el Padre José María Robles.
PERSECUCIÓN RELIGIOSA
Con motivo de la
persecución religiosa tuvo que ocultarse desde enero de 1927, puesto que el
Gobierno Federal le había declarado una persecución más severa desde que colocó
la Cruz en "La Loma", considerando este hecho como un delito.
Desde la casa donde
estaba escondido vigilaba, oraba y trabajaba
por sus feligreses, a los que nunca quiso abandonar. En ese tiempo se
dedicó a escribir las normas que habrían de regir a la comunidad religiosa
fundada por él.
El 17 de enero de 1927,
el capellán de Tamazulita, Padre Jenaro Sánchez (ahora Santo Mártir) es
ahorcado en "La Loma". El Padre José María Robles se conmovió hasta
las lágrimas por la muerte de su fiel colaborador, y dijo: "enseguida me
toca a mí".
El 26 de febrero de 1927,
al conocer la orden dada por Gobernación para que fueran aprehendidos los
sacerdotes, exclamó lleno de fe: "Estamos en las manos de Dios".
Y poco después, cuando le
rogaron que huyera para evitar que lo mataran, contestó sonriendo "¡Ah, si
el Corazón Eucarístico me llevara!".
MARTIRIO
El 25 de junio de 1927 se
disponía a celebrar la santa Misa cuando llegaron los soldados y sitiaron la
casa de la familia Agraz, luego entraron a catearla por orden expresa del
Coronel Calderón, quien había recibido telegráficamente esta orden:
"Procédase con todo
rigor en contra del cura rebelde".
Los soldados tomaron
prisionero al Padre José María Robles y lo condujeron al cuartel de los
agraristas donde pasó el resto del día y parte de la noche. Se iniciaron
algunas diligencias ante los jefes militares para lograr su libertad pero
fueron rechazadas hasta con groserías.
En la noche un grupo de
jovencitas lograron acercarse a la prisión y recibieron, por conducto de los
vigilantes, su breviario en donde venían unos versos en honor del Sagrado
Corazón y de la Santísima Virgen.
Era una última
manifestación de su gran amor al Corazón de Jesús y la aceptación gustosa del
martirio:
Quiero
amar tu corazón,
Jesús
mío, con delirio,
quiero
amarte con pasión,
quiero
amarte hasta el martirio.
Con
el alma te bendigo,
mi
sagrado corazón.
Dime:
¿se llega el instante
de
feliz y eterna unión?
Tiéndeme,
Jesús, los brazos,
pues
tu "pequeñito soy";
de
ellos, al seguro amparo,
a
donde lo ordenes, voy.
Al
amparo de mi Madre
y de
su cuenta corriendo
yo,
su "pequeño" del alma,
vuelo
a sus brazos sonriendo.
Un
padre que espera a sus hijos todos allá en el Cielo.
A media noche, sujeto con
cuerdas, fue sacado de la cárcel y obligado a caminar rumbo a la sierra de
Quila. Un soldado al notar que se le dificultaba caminar, le cedió el caballo.
Al llegar a la parte más
alta de la sierra, los soldados se detuvieron a los pies de un frondoso roble.
El Padre José María comprendió que lo iban a ahorcar, perdonó a sus verdugos, y
al acercarse uno de los agraristas, que era su compadre, llamado Enrique
Vázquez, le dijo:
"Compadre, no te
manches".
Y tomándole la soga de
entre las manos se la colocó el mismo. Los soldados consumaron el crimen y lo
bajaron poco tiempo después ordenando a unos arrieros que dieran aviso a la
gente de la ranchería de Quila que allí estaba un ajusticiado; era la madrugada
del 26 de junio de 1927.
Vinieron algunas personas
de una carbonera cercana y sepultaron superficialmente el cadáver, sin
reconocer que era el del Señor Cura de Tecolotlán. Al día siguiente, 27 de
junio, fue exhumado por gente de Quila y llevado a la población donde lo
velaron y le dieron sepultura.
SUS RELIQUIAS
Sus reliquias reposan bajo el altar de la Capilla en la Casa General de sus hijas religiosas, las "Hermanas del Corazón de Jesús Sacramentado", nuevo nombre de la congregación fundada por el Padre José María Robles.
CAMINO A LOS ALTARES
El proceso de
Canonización se inició desde el 27 de junio de 1933. Analizadas las
circunstancias particulares de estos testigos de Cristo, quedaron 25
seleccionados que merecieron recibir el título oficial de Mártires, el 4 de febrero
de 1992, fecha en la que se aprobó por unanimidad el título por la Congregación
de Cardenales de la Iglesia Católica de Roma.
Tres de ellos son
seglares o laicos y veintidós son
sacerdotes, en una lista que encabeza el Padre Cristóbal Magallanes, la mayoría
nacidos en el Estado de Jalisco.
"Con firmes y
razonados argumentos se comprobó hasta la evidencia, que estos veinticinco
mexicanos, cristianos, bautizados en la fe católica, tuvieron muerte física
violenta que, por los golpes, heridas y tormentos, que por odio a la fe
cristiana les propinaron los perseguidores, y los mártires pacientemente, con
conocimiento y libre voluntad, soportaron por amor a Cristo, porque la gracia
de Dios los sostuvo para que con heroica fortaleza dieran testimonio con su
sangre de la verdad del Evangelio y fueran así modelos de cristianos y
sacerdotes fieles para el mundo de hoy".
(Ramiro Valdés Sánchez, Pbro.)
BEATIFICACIÓN
El Siervo de Dios José
María Robles Hurtado fue beatificado por S.S. Juan Pablo II en la fiesta de
CRISTO REY, el 22 de noviembre de 1992, durante el año del Quinto Centenario
del Descubrimiento y Evangelización de América, en una ceremonia celebrada en
la Basílica de San Pedro en el Vaticano, junto con sus 24 compañeros Mártires.
CANONIZACIÓN
El 10 de marzo del Año
Santo 2000, Jubileo de la Encarnación de Jesucristo, el Papa Juan Pablo II
autorizó el decreto de la Canonización de los Veinticinco Mártires Mexicanos.
El Beato José María
Robles Hurtado fue canonizado el quinto domingo de Pascua, día 21 de mayo del
Año Jubilar 2000, fecha dedicada exclusivamente a México, por S. S. Juan Pablo
II, en ceremonia celebrada en la
Plaza de la Basílica de San Pedro en el Vaticano, ante la presencia de
más de 40 mil mexicanos, entre los
que se encontraba un grupo de 150 de sus Hijas Religiosas, y algunos
familiares.