lunes, 15 de mayo de 2017

“Pastores: Defended a Vuestros Sacerdotes” Llamamiento a Nuestros Obispos

Y sin embargo,
San Francisco de Asís les Predico el Evangelio
y les Infundio Respeto.


Conferencia del Episcopado Mexicano
Presente.-


            Vivimos tiempos que son de ardua persecución a la Iglesia en México y en él mundo. Ya han sido demasiados nuestros Sacerdotes a los que se les han arrebatado la vida de una manera brutal y que han sido víctimas de violencia por el Nombre de Cristo y de la caridad. Y hoy más que nunca es un tiempo de oración y reflexión profunda no solo para los Fieles Cristianos, sino también de meditación y acción por parte de nuestra venerable Jerarquía, ustedes, los Obispos, que son los Pastores del Rebaño, que deben cuidar a las ovejas en peligro, cuidarlas del lobo rapaz que viene y mata sin piedad.

            ¿Cuantos Sacerdotes más deben ofrendar su vida y su sangre para que verdaderamente se alce la voz? Ahora ha sido un Hermano Sacerdote de la Archidiócesis Primada de México, apuñalado por un musulmán. ¿Esperaremos a que en Nuestro Suelo sea derramada más sangre Cristiana? Ya ha sido bastante fecundado en el Nombre de Cristo Rey y Santa María de Guadalupe por los enemigos de la Fe, por el gobierno masón de Calles, ¿ahora tendrá que sufrir la persecución musulmana? Sino son ustedes Pastores quienes defienden a sus hijos… ¿Quién lo hará?

            La Iglesia, es Madre que acoge a todos los pueblos y llama a todos los hombres a seguir a Cristo, en la Concordia, la Caridad y la Fraternidad. Pero también debe, levantar su voz profética y exigir el respeto a la vida y a la dignidad de la persona. Cierto es que la Iglesia, el Evangelio y el mundo no son amigos, el Evangelio no es una corriente del mundo, es totalmente contraria. Cierto es que la Iglesia debe asemejarse en todo a Su Señor, la vida de muerte en Cruz para Resucitar gloriosa. Más sin embargo, no dejar de predicar como Cristo, a tiempo y a destiempo. En la ternura y la Misericordia, y sin embargo, con la firmeza de la denuncia profética.

            Y cierto es que hay que recordar ahora más que nunca, que el Islam y el Cristianismo no son en absoluto compatibles. ¿Cuánto más debe enseñarnos la historia y la Sangre de incontables Mártires, para que entendamos esto?¿No nos basta acaso el ejemplo de Tierra Santa y tantos Cristianos que han derramado su sangre a manos del Islam? Tal parece que no solo el mundo, sino la Iglesia, pisotea la Sangre de tantos mártires que a lo largo de los siglos han dado su vida en manos del Islam, bajo la falsedad de un ecumenismo fraterno. La caridad no exime el gritar la realidad que enfrenta la Fe. ¿Cuándo Dios ha ordenado y es agradable a su Nombre tomar la vida de un ser humano? ¿Dónde puede existir la paz en una religión que exige tomar la vida de otro por profesar una fe distinta? ¡No es un dios homicida sino el demonio!

            Los Cristianos estamos llamados a amar al prójimo, como Cristo, hasta el extremo, más también a defender la integridad no solo de la Fe, sino de la humanidad redimida. ¿Es justo llamar a los cristianos solamente a amar a los musulmanes cuando ellos en nombre del demonio Alá y el nombre del falso profeta Mahoma derraman nuestra sangre cristiana? ¿Cuándo serán llamados los musulmanes a tener el mismo respeto y la misma caridad para los cristianos después de tantos siglos de persecución?

            Como hijo de la Iglesia levanto la voz, y suplico Padres míos, en el mismo nombre de Cristo, levantad vuestra voz en defensa de sus hijos.


Mauricio Parra Solís



            Mexicali, B.C., 15 de mayo de 2017. Año Jubilar por el Centenario de las Apariciones de Fátima. Memoria de San Isidro Labrador.

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