"Única es la Iglesia fundada por Cristo Señor, aun cuando son muchas
las comuniones cristianas que se presentan a los hombres como la herencia de
Jesucristo Esta división contradice la voluntad de Cristo; es un escándalo para
el mundo y un serio obstáculo para la evangelización. Reconoce que el
"movimiento ecuménico" está impulsado por el Espíritu Santo, y
considera que el deseo de restablecer la unidad es una "divina vocación y
gracia" (1).
Se entiende por "movimiento ecuménico", "las actividades e
iniciativas que, según las variadas necesidades de la Iglesia y las
características de la época, se suscitan y se ordenan a favorecer la unidad de
los cristianos" (2)
El mandato de Jesucristo ha sido uno al confiar la Iglesia a Pedro:
"Et ego tibi quia tu es Petrus et super hanc petram aedificabo ecclesiam
meam" (3), no se lee edificaras mis iglesias, sino solamente UNA. Un solo
Señor, Una Sola Fe, un Solo Bautismo. Fuera de este mandato no se puede
consebir alguna otra profesión de Fe como autentica y proveniente con veracidad
divina. Mientras que toda secta y denominacion pseudo cristiana que va en
contra de las enseñanzas de la Santa Madre Iglesia, ha sido humanamente fundada
por hombres herrantes y que han acomodado los preseptos de la fe a su antojo,
convniencia y soberbia.
No se puede llamar sino "Herejes" a aquellos quienes no estan en
comunion con la Fe Catolica, siendo que niegan y pisotean los Dogmas que han
sido divinamente revelados, pues la Iglesia, como Esposa de Cristo, es
depositaria perfecta de la Fe, puesto que su naturaleza no es dada por hombre
sino por Dios mismo en la persona del Hijo. Decia, y con toda justicia el Papa
Leon XIII de Santa Memoria: "Poner todas las religiones al mismo escalon
que a la religion verdadera, es lo mismo que el ateismo", pues no se acaba
sino dejando de fuera la realidad divina para centrarse meramente en el hombre
como centro y fundamento de toda religion. El mandato preclaro de Jesús ha ido
por mas clarisimo: “Id pues, y haced discípulos a todas las gentes,
bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,
enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado.” (4). Es acaso valido,
congruente y fiel acatar este mandato de enseñar lo que se ha encomendado, y
crear un ecumenismo negando los Dogmas mas importantes? No es acaso tomar
nuevamente la Actitud de Judas, negando al Maestro?
Es cierto, la labor de la Iglesia es crear la Unidad entre sus miembros,
aun con sus diferencias, sus matices y caracteres, pero siempre en una misma y
sola sintonia de Fe, el Señor mismo lo ha expresado: "Ut unum sint"
(Que todos sean uno)(5) y eso se logra si con el dialogo, pero tambien no
dejando de lado la correccion del error y no aplaudirlo y dejarlo a la creencia
de cada quien, pues por demas esta decirlo, se sigue cayendo en el error y se
permanece undido en el. A este respecto, podemos tomar las palabras del Apostol
de los Gentiles a Tito: “Porque es necesario que un obispo sea capaz de
instruir en la sana doctrina y refutar a los que contradijeren.” (6). No se
puede concebir que aquellos a quienes se les ha encomendado el cuidado de la
Fe, sean los primeros en desecharla, haciendo de ella algo moldeable al antijo
libertino de la corrompida mente humana. Siendo que ellos son los primeros que
deben de exigir al Pueblo Cristiano la recta vivencia de la Escritura, y a los
Ministros, cooperadores de su labor la congruencia del Profeta: "Anunciar
y Denunciar".
"Anunciar y Denunciar", labor que no solo compete a los Ministros
de la Iglesia, sino a cada uno de los bautizados, pues hay que recordar que por
la Uncion del Santo Crisma, hemos sido constituidos profetas de la Nueva
Alianza. "Seguid todos al Obispo, dice San Ignacio de Antioquia, como
Jesucristo a su Padre... que nadie haga al margen del Obispo nada en lo que
atañe a la Iglesia" (7) Pero igual "Según los conocimientos,
competencia y posición de que gozan, los fieles tienen el derecho e incluso a
veces el deber de manifestar a los Pastores su opinión sobre cuestiones que
pertenecen al bien de la Iglesia, y también tienen derecho a hacer conocer su
opinión a los demás fieles cristianos , con el debido respeto a la integridad
de la fe y la moral y a la reverencia hacia sus pastores, y con la
consideración por el bien común y la dignidad de las personas." (8) y en
este sentido, es de capital importancia no permancer mas callados, pues las
circunstancias actuales, apremian a que el laico deje la oscuridad de la pena y
la verguenza y tome sobre sus hombros la Cruz y en sus manos la espada de la
legitima defensa y el escudo de la Doctrina Sana y Ascetica.
El Venerable Magisterio de la Iglesia debe tener siempre una congruencia desde
San Pedro hasta el ultimo de los Papas, no puede ser hoy uno y mañana otro, no
se puede consebir, pues de esta manera, implica un apartarse tajantemente de la
Verdad de Jesucristo, siendo que "servir tan solo a la verdad es la Unica
meta del Sumo Pontificado a travez de los siglo; a la verdad, integra y
autentica, no enturbiada por tiniebla alguna, ni plegada a ninguna
condesendencia y jamas separada de la caridad de Jesucristo" (10). Ahora
bien: cuando el Hijo Unigénito de Dios mandó sus legados que enseñasen a todas
las naciones, impuso a todos los hombres la obligación de dar fe a cuanto les
fuese enseñado por los testigos predestinados por Dios (11) la salvación
eterna, no puede siquiera entenderse si la Iglesia no propone, íntegra y clara
la doctrina evangélica y si al proponerla no está ella exenta de todo peligro
de equivocarse, Acerca de lo cual van extraviados también los que creen que sin
duda existe en la tierra el depósito de la verdad, pero que para buscarlo hay
que emplear tan fatigosos trabajos, tan continuos estudios y discusiones, que
apenas basta la vida de un hombre para hallarlo y disfrutarlo como si el
benignísimo Dios hubiese , hablado por medio de los Profetas y de su Hijo
Unigénito para que lo revelado por éstos sólo pudiesen conocerlo unos pocos, y
ésos ya ancianos; y como si esa revelación no tuviese por fin enseñar la
doctrina moral y dogmática, por la cual se ha de regir el hombre durante el
curso de su vida moral. (12).
En conclusión: la oración en el ecumenismo debe ser para la CONVERSIÓN y el
RETORNO como fin último; si no, es un falso ecumenismo de la peor especie que
olvida el mandato de Cristo; y del que desobedece a Cristo ya sabemos su
situación: “Todo el que no está conmigo, está contra Mí, y el que no recoge
conmigo, desparrama.” (13)
MAURICIO PARRA SOLIS
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1) Decreto Unitatis
Redintegratio, no. 1
2) Decreto Unitatis Redintegratio, no. 4/b
3) Mt. 16, 18
4) Mt. 28, 19-20
5) Jn. 17, 21
6) Tit. 1, 7-9
7) S. Ignacio de Antioquia, Smyrn 8, 1
8) Codex Iuris Canonicus (1983), Can. 212, § 3.
9) Pio IX, Enc. Mortalium Animos, no. 3 (06 de Enero de 1928)
10) Pio XII, Summi Pontificatus
11) Act. 10, 41 / Enc. Mortalium Animos, no. 12
12) Enc. Mortalium Animos, no. 12
13) Mt. 12, 30
2) Decreto Unitatis Redintegratio, no. 4/b
3) Mt. 16, 18
4) Mt. 28, 19-20
5) Jn. 17, 21
6) Tit. 1, 7-9
7) S. Ignacio de Antioquia, Smyrn 8, 1
8) Codex Iuris Canonicus (1983), Can. 212, § 3.
9) Pio IX, Enc. Mortalium Animos, no. 3 (06 de Enero de 1928)
10) Pio XII, Summi Pontificatus
11) Act. 10, 41 / Enc. Mortalium Animos, no. 12
12) Enc. Mortalium Animos, no. 12
13) Mt. 12, 30
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