Don Alessandro Minutella Sacerdote de la Archidiócesis de Palermo |
Mexicali, B.C., México, 01 de Abril de 2017
Centenario de las Apariciones de Nuestra Señora en Fátima
Don Alessandro Minutella
Arquidiócesis de Palermo, Italia
P R E S E N T E. –
Estimado Padre en Nuestro Señor:
Pido a Dios le bendiga
por las manos del Inmaculado Corazón de María su Ministerio Sacerdotal y le
conceda la Luz del Espíritu Santo para seguir sosteniendo en la Fe a tantas
almas y gritar como el Mensajero que anuncia la Verdad.
Mi nombre es Mauricio
Parra, tengo 25 años, soy servidor, Adorador Eucarístico y Consagrado y
Promotor de la Consagración al Inmaculado Corazón de María, por el Cumplimiento
del Triunfo profetizado en Fátima por Nuestra Señora. Soy estudiante y trabajador.
Hace un tiempo estudiante en el Seminario Diocesano y Candidato a la Vida
Religiosa en la Orden del Carmen.
El motivo de mi carta,
es para agradecer su valentía, su entereza en defendernos la Fe Santa y
Católica de la Iglesia, tan enturbiada hoy en la apertura tan triste de Roma a
la Herejía del relativismo y de una falsa misericordia que lejos de salvar a
las almas, las sumerge en una permisiva situación de pecado y condenación de
tantas almas. Donde se proponen modelos evangélicos por demás alejados de lo
que el Evangelio mismo nos propone. Donde se abraza el error alzándolo al mismo
nivel que la verdad, donde se anuncia un acercamiento y una unidad por demás
alejada de la conversión y el arrepentimiento, un sincretismo pernicioso que no
es sino un ateísmo practico, donde centra al hombre como fin y principio de la
fe, dejando a Nuestro a un lado, donde la Iglesia se ha vuelto una organización
de ayuda humanitaria alejada de la Verdadera Caridad y de la Doctrina,
olvidando su divina misión de salvar almas, no de atraer a las masas.
Es una situación por
demás escabrosa y difícil para la Iglesia, donde la espada y la pared ponen
resistencia, donde los sentimientos de los fieles hijos de la Madre Iglesia nos
sentimos como ovejas sin pastor, caminando en un monte en medio de la desolación,
contemplando con una mezcla de sentimientos de tristeza, coraje e indignación
el macabro espectáculo de la profanación abierta por parte de aquellos que
deben enseñarnos la Fe. La Doctrina tratada como una constitución manipulable
al voto de las conciencias, donde se quiere poner un Evangelio a la libre
reinterpretación de las conciencias soberbias. Donde el Señor mismo es
pisoteado en su Santuario en las profanaciones y comuniones sacrílegas,
permitiendo el pecado la recepción Eucarística y donde a aquellos que hablan la
caridad de la verdad ante todo esto son amordazados y sometidos, y tomados como
los hijos de la rebeldía, cuando aún en la Santa Obediencia, es menester
Obedecer a Dios por encima de los Hombres, y obedecer a la misma Palabra de Dios
y a la inalterable Tradición Viva de la Iglesia, que debe ser conducta para
todos los fieles y sobre todo para los Guardianes de la Fe que deberían ser
nuestros Pastores.
Cierto es que como
Cristianos le debemos un amor y obediencia sobrenatural al Romano Pontífice, en
sintonía de amor a Cristo mismo, más hemos caído como Iglesia, en una idolatría
mal sana hacia la figura de Pedro, donde se cree que todo cuanto diga es
palabra y ley infalible, aunque esta sea en detrimento de la Fe, la moral y
todo cuanto por 2000 años nos ha enseñado la Venerable Tradición Apostólica. Se
ha convertido al Papa en una figura intocable donde al constituir solo la
teoría de que el Papa por definición no puede caer en herejía, aun viendo la
triste realidad de la decadencia, y buscando defender aquello que ya no tiene
fundamento ni defensa, se le sigue viendo como un Monarca Absoluto, alejado de
la caridad de que aun siendo Padre, también en la caridad de los hijos, es
obligación y amor hacer ver el grave error por el que atravesamos, y que en
ello, nada faltamos a la Obediencia y Reverencia Filial.
Un temblor sísmico
sacude fuertemente a la Iglesia, y muchos parecen no darse cuenta, deslumbrados
y enceguecidos por palabras que más quisiera escuchar el mundo, alagado por
llamativos discursos, y actitudes de altruismo, humildad y cercanía. Cierto es
que la Iglesia debe ser cercana a sus hijos, alentar y despertar a las
conciencias, pero siempre desde su Misión encomendada Divinamente. Hoy, la
verdad incómoda no solo al mundo aletargado, sino también a la misma Iglesia
por dentro, donde el humo de Satanás, no solo ha entrado, sino donde también el
mismo fuego arde con tal intensidad que tal parece confundirse a una, con el
Fuego Ardiente del Corazón Sacratísimo de Jesús.
Tengo un Blog de
internet, de Evangelización y Catequesis, “Porta + Fidei”, nacido así, por
inspiración de la maravillosa Encíclica con Motivo del Año de la Fe, de Nuestro
Amado Pontífice Benedicto XVI, a quien Dios Nuestro Señor y María Santísima
guarden, bendigan y santifiquen. Blog Católico Tradicionalista, en comunión con
el Magisterio de la Iglesia, y para el cual, me tomo el atrevimiento de pedir
una palabra, sobre la situación actual y su Bendición para esta Obra puesta
bajo el Amparo de Jesús y del Inmaculado Corazón de María, y cuyos protectores
son Nuestro Señor San José, San Miguel Arcángel, San Ignacio de Loyola y Santa
Catalina de Siena.
Padre mío en Nuestro Señor, adelante, que
la Caridad de la Verdad lo exige, como lo ha dicho Santa Catalina de Siena:
“Gritad en lenguas, que por haber callado está podrido el mundo”. El Espíritu
Santo le siga iluminando y María Santísima le siga fortaleciendo, estamos
entrando en el Triunfo del Inmaculado Corazón, donde le queda poco tiempo a
Satanás y actúa con mayor furia sabiendo que su hora está llegando.
Nuestras Oraciones por
usted Don Minutella. Pido me bendiga.
Atentamente
Mauricio Parra Solís
Esclavo del Inmaculado Corazón de Jesús
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