Carta Abierta al Dr. José Galat

Mexicali, Baja California, México. 25 de Agosto de 2017

Festividad del Martirio de San Bartolomé Apóstol

Estimado Dr. José Galat

Reciba un cordial saludo, pidiendo al Señor que le bendiga y le guarde con salud y vida.

Es por todos conocida la penosa situación en la que se encuentra nuestra Amada Iglesia, sacudida desde sus cimientos por un temblor sísmico que amenaza su integridad Doctrinal y Espiritual. Temblor, que tristemente es ocasionada por aquellos que deberían salvaguardar el Santo Evangelio, los Obispos y los Sacerdotes. Pero los fieles, con una gran venda en los ojos, se niegan a ver la verdadera situación actual, salvo algunos pocos, que con la Gracia del Espíritu Santo, son capaces de ver los latentes engaños de satanás.

Aún en la Historia de la Iglesia, en los Antipapas que han existido ocupando la Santa Sede Apostólica, es sin precedentes que alguno haya atacado abierta y certeramente el Depósito de la Fe Divinamente Revelada como lo vemos en la actual persona de Francisco I. Que desde el Primado de Argentina, venía trabajando para el mayor detrimento de la Fe y de la Moral Cristiana de la Iglesia Católica.

Una palabra en lo personal, para usted Dr. Galat, quiere ser de agradecimiento por su Apostolado en Defensa de la Verdadera Fe Católica y de la Sagrada y Venerable Tradición Apostólica. Tiene más valor la “rebeldía” actual que la sumisión al error, al relativismo, a pisotear la Fe en nombre un mal concepto de Obediencia ciega y gnóstica. Cuya frase está en boca de San Pedro: “Obedecer a Dios antes que a los Hombres”. Cierto es que el Mandato de Cristo ha sido Obedecer a aquellos a quienes ha puesto al Cuidado del Rebaño Escogido, y se les debe un amor Filial y Reverente, más por encima de ellos, está la Obediencia a Cristo mismo, a su Sagrada Palabra.

Como Seglar comprometido, debo decir con toda sinceridad, que la Iglesia se tambalea en el mar del mundo, y es una situación realmente preocupante, la Iglesia, como lo afirmo falsamente Juan XXIII en el Discurso de Apertura del Vaticano II, no puede ser abiertamente amiga del mundo contemporáneo, puesto que la filosofía del mundo y la Autoridad de Cristo, no es la misma, cuando el mundo está ensimismado en su pecado y alejado de Cristo. Más sin embargo, confiamos en la Promesa del Evangelio de Cristo: “Los poderes del Infierno no Prevalecerán sobre Ella”.

Quizá el punto más preocupante para nosotros como Católicos, es lo que concierne a la Sagrada Liturgia, al Santísimo y Perpetuo Sacrificio de la Eucaristía, donde la Masonería Eclesial, está dando golpes latentes, puesto que como afirma San Juan Pablo II, “La Iglesia Vive y se Sostiene de la Eucaristía”. Es el Corazón de la Iglesia, es Cristo mismo. Se acaba con la Santa Misa, se acaba con la Iglesia de Cristo. Comunión a los Adúlteros, “Reformas” Litúrgicas, la adecuación y licuefacción de los Cánones Eucarísticos, reduciéndole a solamente una memoria de la Cena Pascual, Concepto Protestante, cruelmente enraizado en el Magisterio de Francisco I, y acuñado por numerosos Obispos y Sacerdotes que han convertido los Templos en circos y templetes de espectáculos Profanos. La Sagrada Comunión en la Mano, Disposiciones Sacrílegas. Un espectáculo verdaderamente aterrador, deprimente y que ahonda en el corazón un sentimiento abismal de indignación.

No os calléis Dr. José Galat, que Dios no nos ha dado un espíritu de cobardía, sino de guerra, para salir al encuentro de la Verdad y de la Caridad.

Triste y lamentable ha sido la noticia del Decreto de “Excomunión” que le ha emitido la Conferencia del Episcopado Colombiano, que sin fundamentos validos le ha condenado. Viene a mi cabeza el Venerable Testimonio de San Atanasio, Obispo y Doctor de la Iglesia, que tantas veces ve Excomulgado por defender la Verdad del Magisterio de la Iglesia ante los Herejes. El Testimonio de Cristo mismo, a quien los Fariseos, los Maestros de la Ley y los Sacerdotes, difamaron y calumniaron, hasta el Suplicio de la Santa Cruz. “Si eso hacen con el leño verde, ¿Qué no harán con el seco?”. Y nosotros, siervos inútiles… ¿Somos acaso más que el Maestro Bueno para no vivir como él en la Cruz? No es engañamos sino queremos padecer según Cristo Crucificado, ¡Nos engañamos, sino nos queremos asemejar a Cristo calumniado!

Siga adelante Don José Galat. Como afirmo el Venerable Arzobispo de New York, Monseñor Fulton Sheen: “La crisis actual de la Iglesia, no será rescatada por los Pastores, sino por los Laicos”. Amemos a Cristo en el Santísimo Sacramento del Altar, amemos a María Santísima, a su Inmaculado Corazón, que dará el Triunfo decisivo al Sacratísimo Corazón de Jesús.

             Sinceramente

Mauricio Parra Solís