"En Ramá se oyó un lamento:
es Raquel que llora por sus hijos
y no quiere que la consuelen porque ya no están".
Recordamos
con nostalgia esta fecha en el seno de la Iglesia, quienes dieron su Vida por
Cristo, aun siendo a tan corta edad. Pero no solamente es necesario recordar
las tragedias de antaño, sino también fijar la mirada en los homicidios actuales
disfrazados bajo careta de derecho y libertad.
El
Pecado tan terrible del Aborto que clama al cielo, perpetrado por el nuevo
Herodes de un libertinaje en los gobiernos egoístas, por intereses meramente económicos.
Perpetrado por grandes multimillonarias máquinas de muerte. Y como cristianos
permanecemos callados y tristemente hasta lo apoyamos con careta de libertad y
derecho a decidir.
Si
entendiéramos la magnitud que abarca en males cada aborto, toda la sangre
derramada en el suelo y que clama justicia al cielo. Las puertas tan grandes
que le hemos abierto al demonio con cada sacrificio. Pero tal parece que aun
viendo los males que han caído desde este pecado nos empeñamos en estar ciegos,
aplaudimos y pedimos más.
Nada
de Gracioso y divertido tiene esta fiesta como se puede tomar. Sino de luto y
memoria de tantos millones de seres humanos que hemos asesinado, no
directamente, pero de manera indirecta con nuestro silencio, con la mediocridad
de no alzar la voz y permanecer indiferentes. Nadie repara ni llora por el
Aborto, apoyamos y callamos, y es estricto el Señor con nosotros, y siendo
realidad que todo aquel que apoya el pecado de aborto vive ya fuera de la
Iglesia, no solo los doctores, enfermeras, familiares que obligan y practican
el aborto, y las madres que se someten a él.
Oremos
y reparemos por todos ellos y por nosotros mismo que permanecemos fríos e
indiferentes. Elevemos al Corazón de Jesús, una súplica con lágrimas pidiendo
que ellas limpien nuestro suelo de esa sangre que cada día clama con más fuerza
contra de nosotros.
Mauricio Parra Solís
Esclavo del Inmaculado Corazón de María
Mexicali, B. C., 28 de Diciembre de 2016. Fiesta de los Santos Inocentes
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