lunes, 16 de septiembre de 2013

Creo en la Iglesia que es Católica


Decimos que la Iglesia es Católica, en el sentido de que la Iglesia es "Universal", es decir, abierta a todos, en todos los tiempos, en todos los lugares. Mas no por ser abierta, significa que ha de tomar todas las doctrinas y todos los puntos de vista que existen, rayando en un sincretismo pernisioso que pone en riesgo no solo su integridad como Madre de Fe, sino que pone en riesgo a todos aquellos que la componen.

Reza maravillosamente una frase de San Ignacio de Antioquía: "Allí donde esta Cristo, esta la Iglesia Católica" (1), en la Iglesia, subsiste la plenitud del Cuerpo de Cristo unido a su Cabeza (2), lo que implica que Ella recibe de El "la plenitud de los medios de Salvacion" (3). Fuera de Cristo, Pastor Universal del  Rebaño de la Iglesia, no puede haber ninguna comunión. Toda comunión esta propuesta de modo y figura que todos sean uno, y mientras no haya unidad, no puede haber ninguna clase de universalidad que sea caracteristica.


El Sagrado Concilio, refleja de manera eminente este aspecto diciendo: "Todos los hombres estan invitados al Pueblo de Dios. Por eso este pueblo, uno y unico, ha de extenderse por todo el mundo a través de todos los siglos, para que así se cumpla el designio de Dios, que en el principio creó una única naturaleza humana y decidió reunir a sus hijos dispersos... Este carácter de universalidad, que distingue al Pueblo de Dios, es un Don del mismo Señor, Gracias a este carácter, la Iglesia Católica tiende siempre y eficazmente a reunir a la humanidad entera en todos sus valores bajo Cristo como Cabeza, en la unidad de su Espíritu" (4).


La Iglesia, como buena Madre, esta siempre a la espera del regreso de sus hijos. A ninguno les niega su regazo, cuanto mas al hijo rebelde. No podemos decir que ninguno de aquellos que apostatas yacen fuera de sus brazos, que de buena voluntad deseen ser acogidos son rechazados, sino todo lo contrario, como el hijo pródigo, son revestidos de Cristo dentro de su Cuerpo. Pues como dice la Escritura Sagrada: "Quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento pleno de la verdad"

Podemos ver de una manera extraordinaria la Doctrina de los Santos Padres acerca de la Catolicidad (Universalidad) de la Iglesia, en sus catequesis y documentos, por ejemplo, leemos en San Pacían de Barcelona: "Cristiano es mi nombre, y católico mi apellido. El primero me denomina, mientras que el otro me instituye específicamente. De esta manera he sido identificado y registrado... Cuando somos llamados católicos, es por esta forma, que nuestro pueblo se mantiene alejado de cualquier nombre herético." (5).

Por otra parte, San Cirilo de Jerusalén, en su Catequesis, explica de modo sencillo pero con profundidad la labor de la Iglesia, en esa universalidad que desde su Misión se desarrolla: "La Iglesia es católica porque está esparcida por todo el mundo; enseña en plenitud toda la doctrina que los hombres deben conocer; trae a todos los hombres a la obediencia religiosa; es la cura universal para el pecado y posee todas las virtudes" (6).

Por otra parte, el Santo Doctor de la Iglesia, Tomás de Aquino, da tres puntos elementales para sostener que la Iglesia es Católica.  Lo que llamamos "Teología de la Catolicidad":

La Iglesia es universal en tres sentidos:
1. Se encuentra en todos los lugares (7), teniendo tres partes: en la tierra, en el cielo y en el purgatorio.
2. Incluye personas de todos los estados de vida. (8)
3. No tiene límite de tiempo desde Abel hasta la consumación de los siglos.

Por esta razón, deciamos que la Iglesia es abierta en todos los tiempos y lugares, sin distinción alguna.

Ser católico es creer en la plenitud de la fe cristiana. Hoy hace falta recordarlo porque hay quienes no reconocen a los católicos como cristianos. Quieren apropiarse del título "cristiano" sólo para ellos. Crean así falsamente una mutua exclusión entre ser "cristiano" y ser "católico". Dicen, por ejemplo: "Yo era católico pero ahora soy cristiano". Preguntan: "¿Eres cristiano o católico?". Los católicos debemos cuidarnos de no caer en la trampa.

Cada cual es responsable del don recibido. Hay cristianos que sin culpa desconocen algunas verdades (eucaristía, confesión, etc.) Pero quien desprecia las doctrinas que conoce se hace culpable. El cristiano debe esforzarse por conocer la doctrina verdadera y completa (ortodoxia) y practicarla (ortopraxis).


Catequista Mauricio Parra Solís


Mexicali, B.C., 06 de Septiembre de 2013, Annus Fidei



1) S. Ignacio de Antioquía, Smyrn. 8, 2
2) Ef. 1, 22 - 23
3) AG 6
4) Lumen Gentium, 13
5) San Pacían de Barcelona, Carta a Sympronian
7) Cf. Rom 1,8
8) Cf. Gal 3,28

No hay comentarios:

Publicar un comentario