Mensaje con Ocasión de la Solemnidad
Nuestro Señor Jesucristo Rey del
Universo
“Christus Vincit…
Christus Regnat… Christus Imperat…”
(Cristo Vence… Cristo
Reina… Cristo Impera)
Corona
del Año Litúrgico, la Solemnidad de Jesucristo Rey, la Iglesia reconoce sobre
Ella y el Mundo el Señorío que Dios le ha dado en la Redención del Género
Humano, reinado manifestado en la Cruz del Calvario. En Cristo, afirma San
Pablo, no exigió tener la gloria debida a Su Divinidad, se sometió tomando la
forma del Siervo de Dios y se asemejo a todos los Hombres en su condición y se
hizo obediente hasta la muerte en la Cruz (Fil. 2, 6).
La
razón hoy, no es conocer el lugar Escatológico que ocupa el Señor, puesto que
todo está sometido por estrado de sus pies, a fin de que llegada la Hora, todo
aquello que le está sometido, lo someta el mismo de nuevo al Padre, juntamente
con El. La razón hoy, y es la urgencia del Espíritu que habita en nosotros, es
qué lugar ocupa Cristo Rey en mi vida, en mi familia, en mi entorno. ¿Realmente
le doy el Señorío?
El
mundo ha puesto como su señor, el consumismo, el materialismo, el hedonismo y
la cultura de la muerte en el aborto, el terrorismo, donde cada vez se ofrenda
mas y mas sangre al Maligno como señor del mundo, y aun siendo señor de este
mundo, será enteramente sometido al Poderío de Cristo, y el Señor, se
Glorificara como antaño sobre él. La gran mentira del demonio, no es sino un
secularismo practico, fuera Dios, fuera la Iglesia, inclusive, fuera valores
sólidos, donde se encarnan los máximos ideales de santidad y comunión. Un
secularismo del tener, del ser desmedido en el orgullo superior y la
superficialidad halagadora de los sentidos, donde el elogio es pan de cada
paso.
Dios, hoy se presenta a nosotros como Luz, y como nos
afirma el Evangelio, “que la luz vino al mundo, y los
hombres amaron más las tinieblas que la luz, pues sus acciones eran malas” (Jn.
3, 19). Dios, se nos presenta como “Yo Soy el que Soy” mas sin embargo Satanás,
se presenta a sí mismo como ángel de luz, como “yo soy el que no soy” (Ven.
Fultón Sheen). Nada puede ocultarse a la luz, y aun las tinieblas le abren
paso, por más oscura y encrespada que esta sea. Así como aquellos que
permanecen en tinieblas odian la luz, así esta generación esta oculta a la
verdad, arrullada en los brazos de la mentira, llegara el momento en que verán
la luz y su resplandor hará de ellos entes ciegos, pues ante ellos estará la
marca de su error. Y a todos aquellos que han perseguido, será su condena
misma, porque han preferido las tinieblas a la luz y hecho escarnio a quienes
les procuraban la verdad con insistencia.
Aquel día, los dolores serán
como de una mujer que esta por dar a luz, mientras más graves los dolores es
porque el nacimiento esta próximo. Y así como en la enfermedad las horas más
oscuras de la noche son las más terribles en sus dolores, son un indicador que
el clarear del nuevo día esta pronto. Así mismo, mientras más sea el grito de
angustia de la humanidad, más cerca y pronta esta su liberación, porque el Rey
está cerca para dominar con Trono erguido y cetro poderoso. Poco es el tiempo
para que la Palabra se Cumpla, y el día estará sometido a la luz Sempiterna,
mientras que las tinieblas serán borradas por la claridad de la verdad. Lea y
entienda aquella alma que espera segura la venida Gloriosa, porque no será
defraudada ni desechada con mano dura, sino cobijada con mano misericordiosa.
Cristo, el Señor, principio y
fin. Llegara el día que será grande el estruendo, y aun la misma Misericordia
clamará delante del Trono, pues esta misma generación ha abusado de la Mano
bondadosa de Dios, para hacerla burla de su comportamiento. Pues aquellos
impíos han dicho en sus corazones “Peca todo lo que quieres y cuanto más peques
mas cree en la Misericordia de Dios”, pobres aquellos que han guardado en sus
corazones este precepto infame, que será el mismo que dictara la sentencia
sobre sus cabezas. Porque la espada esta afilada y la orden escrita, mas el
Juez Santísimo retiene a sus ángeles la orden mostrando caridad, esperando la
conversión de sus amados. Más aunque su bondad retrase la hora, la justicia
clama y exige el cumplimiento de las profecías.
Conversión
y arrepentimiento, porque llegara un día que serán movidos por el terror más
que por el amor a Dios, y poco valdrá ese fruto corrompido del llanto y la
desesperación. Enmendar nuestros corazones mientras aun existe el tiempo,
porque es poco y con urgencia clama la tierra al cielo esta manifestación de
orden para librar de la miseria a las almas y elevarlas al trono de Gloria o de
eterno llanto. Ese día, en cuanto el Hijo del Hombre venga con sus ángeles
lleno de gloria, en que separaran a las ovejas de los cabritos y entraran los
benditos del Reino a tomar la posesión preparada para ellos desde la creación
del mundo, mientras que a aquellos han sido impenitentes y faltos de caridad
serán arrojados como malditos al fuego que no se consume y el rechinar que
jamás acabara (Mt. 25, 31 – 46).
Clamemos la gracia de estar preparados
para someternos al Señorío de Cristo. Que nos encuentren como las vírgenes, con
nuestras lámparas encendidas contemplando fijamente el cielo como nuestra
Patria, y con los pies plantados caminando unidos en lograr tiempos mejores de
comunión y concordia. Pidamos a María, Madre de la Santa Espera que así como
ella suplicaba a Dios la Plenitud de los Tiempos y la liberación del Pueblo,
nos infunda esa santa esperanza y confianza para esperar con paciencia y
alegría la gloriosa manifestación de Nuestro Señor Jesucristo.
“De aquel día y aquella hora,
nadie sabe, ni siquiera los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino solo el
Padre. Estad alerta, velad; porque no sabéis cuándo es el tiempo señalado” (Mc.
13, 32 – 33).
Mauricio de
la Cruz del Sdo. Corazón de Jesús
Diócesis de
Mexicali, B. C., 22 de Noviembre de 2015. Solemnidad de Jesucristo Rey del
Universo. Año Jubilar Diocesano de Jesucristo Buen Pastor.